iberzal Chicotes tecnológicos

Queremos ser los "Chicote" tecnológicos, ¿y tú?

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Después de nueve meses de nuestra apuesta por trabajar con clientes internacionales y después de seis meses sin escribir en este blog, volvemos con muchas nuevas ideas y mucho que decir.

En este tiempo nos ha dado tiempo a madurar lo que somos, lo que fuimos y lo que queremos ser. Y, aunque aún no lo tenemos claro del todo, creo que esto puede ser una buena aproximación al camino que hemos recorrido (casi 5 años ya) y que aún nos queda por recorrer (esperemos que muchos más). Creo que las etapas que hemos pasado pueden ser un reflejo de las etapas que muchas startups atraviesan.

Nos gustaría explicarlo con un símil con “famosos” restauradores que a buen seguro muchos conoceréis. Todos ellos tienen una cosa en común y es que siempre se han sabido diferenciar de la competencia por algo y esto es lo que les ha hecho conseguir el éxito. Nosotros lo intentamos cada día pero quizás aún no hemos dado con nuestra seña de identidad, ese es el objetivo, ser de alguna forma inimitables.

Primera etapa. “Cutres pero originales”.

Bar/Restaurante El “Beni”. Para los que no seáis de Madrid, el “Beni” era un bar situado cerca de Gran Vía. El estilo era más bien cutre pero tenía un halo de inimitable. Las paredes llenas de fotos de sus clientes y el «sírvete y cóbrate tú mismo” era característico. Los clientes hablaban entre sí y el “Beni” contaba batallas y estaba todo el rato ofreciendo jamón y tapas de otro tipo. Lamentablemente el “Beni” murió hace ya 7 años y con él su bar.

Cuando comenzamos todo era complicado. No teníamos muchos clientes y tampoco mucho presupuesto. Nuestro equipo era muy pequeño (1-2 personas), pero siempre intentamos diferenciarnos de alguna forma. Trabajábamos desde casa pero nuestro estilo era difícil de imitar. El cliente era el rey y así se lo hacíamos saber. Nuestros precios eran bajos comparados con la competencia. La calidad de nuestro trabajo creo que era buena aunque con algunas carencias técnicas a corregir. Lográbamos que los clientes vinieran porque se sentían a gusto trabajando con nosotros. Nuestro error más habitual fue no pensar en el beneficio de cada proyecto. Esto nos hizo pasar momentos malos de liquidez.

Segunda etapa. “Ganamos clientes y abrimos nuevas líneas de negocio»

Restaurante «José María». Restaurante de nuestra tierra, Segovia y además uno de nuestros cliente. Posiblemente el mejor restaurante del mundo para comer cochinillo (con el permiso de algún otro en Segovia, que no se cabree nadie, por favor, pero ellos son clientes 🙂 ). Con un cuidado estilo, sin descuidar los detalles y haciendo de la tradición un negocio. Han sabido cocinar lo mismo que cocine la competencia y ser excelentes en ello. Es su forma de diferenciarse. Además pueden presumir de haber generado una línea de negocio nueva con sus vinos. Alguno de ellos de los mejores españoles como el Pago de Carraovejas ganador ya de varios premios.

Nos dimos cuenta que sólo con el muy buen trato al cliente no era suficiente. Necesitábamos que los clientes nos eligieran a nosotros por encima de la competencia porque sabían que nuestros servicios serían de mejor calidad. En esta etapa reforzamos el equipo técnicamente (con programadores y diseñadores) y comercialmente para poder contarlo y que nos escuchen. Además, nos dimos cuenta de que podíamos dirigirnos a otro tipo de proyecto y clientes. Proyectos más ambiciosos y complicados técnicamente, proyectos para empresas que realmente apuestan por internet y las aplicaciones móviles o que se mueven en el mundo de la startup. Para ello creamos una nueva línea de negocio que denominamos “Big Bang Startups” dirigida a dar servicio a startups de Europa, especialmente España y Reino Unido. A través de esta línea hemos participado en proyectos como The Chris Brown Channel que es el proyecto más grande en el que hemos estado involucrados.

Estas dos primeras etapas son pasado y presente de nuestra empresa. Aún estamos en la segunda etapa, construyendo una pequeña red de clientes internacionales y sin descuidar los nacionales, poco a poco, pensando cada paso, a fuego lento como la buena cocina. Seguramente nos queden un par de años en esta etapa aunque ya andamos de puntillas y con mucho cuidado en la tercera.

Tercer etapa. “Potenciamos empresas y arreglamos lo que no funciona”

Restaurante “Pandelujo” de Alberto Chicote. ¡Qué decir de Alberto Chicote! Aunque tiene algunos detractores me parece un revolucionario. Fue pionero en la cocina de fusión en España. Se atrevió a hacer cosas que los otros aún no hacían. Trajo ideas del exterior y las aplicó aquí. Sus restaurantes son un éxito. Además pasa por televisión y analiza lo que funciona mal en los restaurantes y los arregla y potencia. Se ha convertido en un fenómeno mediático y es referencia en su sector. Su estilo es algo tosco aunque cercano, pero hay veces que las cosas hay que decirlas como él las dice para que se entiendan.

Nos estamos dando cuenta de que hay cosas que se pueden hacer de otra forma, le damos una vuelta de tuerca a lo que hacemos e intentamos mejorar. Aprendemos del exterior y lo aplicamos. La calidad de nuestros productos será mayor y podremos ayudar a empresas puramente tecnológicas. Tendremos ya mucha experiencia acumulada en el sector y, como dice nuestro eslogan, podremos potenciar negocios a través de internet y aplicaciones móviles. Además seremos capaces de desarrollar nuestros propios productos y podremos generar ingresos adicionales. A hacer todo esto es donde queremos llegar en el próximo año.

(Intercalamos presente y futuro en esta etapa pues estamos a caballo entre ésta y la anterior).

Cuarta etapa. “La excelencia, ser un referente»

Restaurantes “Gordon Ramsay. Con 12 estrellas Michelín en total. Quizás no el mejor, pero uno de los mejores cocineros del mundo. Con restaurantes entre los mejores del mundo. Incisivo en sus explicaciones y muy mediático. Muy temperamental. Con una visión de negocio excepcional con la que ha conseguido construir un verdadero emporio. Soluciona los problemas en los restaurantes con un estilo muy peculiar pero efectivo.

Vemos aún lejos esta etapa. Hay mucho que mejorar, mucho que aprender, mucho que fallar, mucho que lograr. Está lejos pero es bueno saber exactamente dónde quieres llegar para poder conseguirlo.

Todas las etapas que hemos pasado nos han dejado poso. De la primera nos quedamos sobre todo con nuestro esfuerzo por tratar bien al cliente. De la segunda el aumento de nuestro nivel técnico y la diversificación. De la tercera quizás el aprender y aplicar nuevas técnicas y de la cuarta… Bueno, de la cuarta cuando llegue ya os lo contaremos!

¿Y vosotros? ¿Quién queréis ser? ¿En qué etapa estáis? Déjanos un comentario y cuéntanos si os sentís reflejados o tenéis otros modelos/analogías a seguir. Nos gustaría que si te ha gustado, nos ayudes y compartas este artículo en redes sociales, Gracias!

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